domingo, 10 de mayo de 2009

DE LA MAS PURA CEPA SANTIAGUEÑA

Como en una cancha de fútbol, donde no hay rivales, sino un sólo campeón, el público del ND Ateneo -bajo la noche del viernes 8 de mayo- no dejó de aplaudir y vivar a Los Manseros Santiagueños, que luego de 10 años se presentaron en un teatro capitalino. Los clásicos representantes del folklore santiagueño se vinieron "pa´ la capi" a poner la firma a tantos años de éxitos y un trayectoria en la que una sola línea musical los acompañó. Onofre Paz, Guillermo Reynoso, Alfredo "Alito" Toledo y Martín Paz -recientemente incorporado- hace 50 años que andan por el país llevando la chacarera, la zamba y la vidala de su provincia y aunque suelen presentarse periódicamente en el interior y el Gran Buenos Aires, hacía una década que no pisaban un escenario capitalino Pocas veces se ve un teatro lleno como el del viernes -quedó un centenar de personas afuera, por localidades agotadas- La ovación primera fue para "Tu Regreso", aquella vidala de Los Hermanos Simón a la que Reynoso puso voz , un poco quebrada por la emoción. Momentos como ese se repitieron en las casi dos horas se espectáculo: Cuando subió una de las hijas de Onofre Paz a cantar -Martín es el otro hijo el músico, y miembro de la banda-, o cuando agradecieron a las familias, que estaban en la platea, o cuando descubrían a algún amigo entre el público. Nadie faltó a la cita: desde viejos fanáticos, hasta jóvenes admiradores, pasando por músicos, artistas y poetas coterráneos, para quienes los Manseros son una institución y un ejemplo de permanencia, como Bebe Ponti, Duende Garnica, Alejandro Tula , Cuti Carabajal -quien formó parte del grupo- y Nestor Garnica. Los dos últimos subieron a acompañar al cuarteto en algunas canciones. Ovación tras ovación, los santiagueños cumplieron con la tarea que tenían prevista: presentar temas de su último disco "Mejor que Nunca" juntos a los clásicos de su carrera: "Canto a Monte Quemado", "Entre a mi pago sin Golpear", "Añoranzas", "La Ñaupa Ñaupa" (sentido homenaje a don Sixto Palavecino) y "Entre a mi Pago sin Golpear". Verlos sobre escenario, después de 50 años de transitar tantos caminos, eriza la piel. Escuchar la voz de Guillermo Reynoso en una vidala, o el característico tono de voz de Onofre Paz al cantar chacareras y la complicidad de Alfredo Toledo cuando se dirige al público, es volver a los patios santiagueños de antaño, a la tradición que alimenta este grupo que lleva consigo el orgullo de seguir vigente aún después de tanto tiempo, sin haber cambiado jamás la esencia musical ni esas miradas que llevan consigo los hombres simples. Paola De Senzi direccion@boletinfolklore.com.ar

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